Hijas de Nadie
- Marina Pérez Damil
- 18 jun 2017
- 2 Min. de lectura

El machismo se expresa en los femicidios, en la falta de participación de las mujeres en determinados roles sociales, en la violencia de género, pero también al interior de las familias que muchas veces son abandonadas por el padre.
Todos los años se conmemora el día del padre, y una catarata de imágenes de hombres con sus hijas/os inunda las redes sociales. Sin embargo, también existen las y los que callan. Ellos son los hijos de nadie, o de un hombre que algún día decidió abandonar su propia descendencia.
La problemática existe y es poco estudiada: no hay índices populares sobre cuál es la tasa de abandono de hombres a sus hijos. Se habla de los femicidios, de la figura ya extinguida del adulterio, de la trata de personas, pero no de las consecuencias psicológicas que implica no tener un padre.
Según Andrés Rascovsky, presidente de la Asociación Psicoanalítica Argentina, “la ausencia de un padre es difícil de completar”. Existen cientos de madres que cumplen la función de padre, intentando llenar esa incompletud. Pero el Edipo paterno existe, y no en todos los casos puede ser superado.
Esto se agrava sobre todo cuando se ha sufrido un abandono de persona, que debiera considerarse así ante la justicia, cuando un padre desaparece de la vida de su propio hijo. Según el Art. 106 del Código Penal Argentino el abandono de personas implica “el que pusiere en peligro la vida o la salud de otro, sea colocándolo en situación de desamparo, sea abandonando a su suerte a una persona incapaz de valerse y a la que deba mantener o cuidar o a la que el mismo autor haya incapacitado”.
Sin embargo, ¿cuántos padres que abandonaron a sus hijos existen que estén encarcelados?; ¿cuántos niños existen que saben perfectamente quién es su padre, pero este no se responsabilizó por la vida de aquél neonato devenido en persona?; ¿cómo se suplirá la ausencia de ese padre que nunca fue?.
Según el último informe realizado sobre el un censo en el país de México en el año 2010, las cifras arrojaban que existían de cada 10 hogares, 4 en los que había un padre ausente. Es decir, casi la mitad de los niños no tenían padre.
El fenómeno se impuso en muchos países del continente. En Chile por ejemplo, la jefatura de hogar femenina ha aumentado en los últimos 20 años. En Argentina el Censo 2010, marca un crecimiento del 49 % de la jefatura femenina con respecto al censo del 2001. En el año 2010 se constató que el 70% de los hogares estaba a cargo de las jefas de hogar.
Los datos arrojados permiten ver transformaciones en nuestras sociedades. No se puede dejar de observar las responsabilidades que las mujeres tienen que llevar a cabo en relación a los hombres, que no solamente implica hacerse responsable económicamente de una casa sino también responsabilizarse subjetivamente de una familia.
Mientras tanto existen cientos de hombres libres sin culpa, que abandonaron no solo a sus hogares sino también a sus hijos. Cada vez existen más hijos de nadie, o hijos de una madre que supo recomponer ese espacio vacío.
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