Lo que nosotras queremos
- Anonimo
- 11 jun 2017
- 3 Min. de lectura

Hace unos días salió publicada nota nota llamada “Posiciones sexuales para cuando él quiere y tu no”, que fue compartida por el portal de notas “El diario de la nena”, y luego retirada de la web. Más alla de que los encargados del sitio pidieron disculpas, es necesario recalcar que acto ilustrado significa “violación sexual”, y realizar un replanteo de lo que nosotras queremos.
Llegamos de trabajar un jueves a la noche cansadas porque tuvimos un mal día laboral, nos duele la panza porque comimos biscochitos toda la tarde, y cuando llegamos a la casa de nuestro novio inmediatamente nos dice de hacer el amor. La verdad es que no queremos, estamos agotadas, y no queremos bajar el standar requerido por nuestro macho fatal para estar a la altura de las bailarinas de tinelli.
Me duelen los pies porque usé un calzado que me estiliza la figura todo el día, los brazos porque acarré una cartera llena de cosas por todo microcentro (¿por qué los hombres no usan carteras?), y se me cierran los ojos porque la noche de ayer nos quedamos teniendo sexo hasta tarde. Pero él quiere otra vez.
El quiere de nuevo, y en algo debe tener razón. Quizás después de que terminemos de tener relaciones me sienta más relajada y de mejor humor. El acto contradice la imaginación: comenzamos a tener sexo, y a los 10 minutos, te pide que te pares para metértela por atrás. Te duelen los pies, estás cansada y encima quiere hacer la pose más incomoda del mundo. Pero de repente recordás ese kid que leíste en algún lado y le decis: amor, mejor veni a arriba un rato. El está muy caliente, porque recibió imágenes porno de sus amigos durante todo el día. Te la bancás un rato tranquila abajo sin decir nada hasta que él acabe. Acaba, pim, pam, estrellas, y se terminó el trámite.
La historia se repite una y cien veces. Posiblemente sea él el que más quiere tener sexo en la relación, ya que estuvo toda la vida entrenado para eso: a temprana edad le enseñaron cómo masturbarse, y en caso de que vos no quieras tener sexo con él amenaza con clavarse un polvo. Pero también existen mujeres muy activas en el sexo y eso es lo que no aparecen en las series, -excepto algunas pocas-, en las películas, y en la televisión: todavía no nos enseñaron que nosotras somos las que tenemos que querer.
Lo que nosotras queremos (y por lo menos yo quiero) es que ni mi novio/macho/compañero quiera tener sexo cuando yo quiero, ni que yo tenga que adaptarme a sus deseos siempre. La respuesta es simple: la verdad, es que HOY NO QUIERO. Si querés masturbarte no hay problema, yo también lo hago. Pero ahora tengo ganas de tomarme unos mates, dibujar , y olvidarme de que la violencia machista existe por un rato.
Quiero levantarme y que mi jefe no esté viendo por detrás imágenes de minas en bolas, quiero ir a una reunión de trabajo y que haya más mujeres, quiero trabajar con mujeres, quiero aprender a masturbarme cada vez más y mejor, quiero leer notas que me expliquen cuáles son las zonas más importantes para mi y no para ellos, quiero no tener que simular que la estoy pasando bien cuando en realidad tu pene está molestando en mi delicada vagina.
Quiero que sepas además, que el sexo sin voluntad de la otra persona se llama “violación”, y que no tengo por qué aceptar someterme a ello. Quiero no tener que volver a repetir esto nunca más, quiero que no te sientas mal cada vez que no quiero tener sexo, quiero que seas tan libre como yo quiero serlo. Quiero que antes de intentar metermela por atrás me pidas permiso, y si te corro no insistas, porque la insistencia molesta, y molesta mucho. Quiero que cuando te hable de ésta nota no digas que es una estupidez, que los hombres también se tienen que adaptar, quiero no ver más peliculas que digan “lo que ellas quieren” y muestren lo contrario. Pero lo que más quiero es que dejes de violar a pibas como yo, que las busques en cualquier lado, descargues tu excitación y mi trauma conviva conmigo por siempre. Quiero que de una vez por todas hagamos lo que nosotras queremos: apagar la tele, apagar el celular, y que nos escuchen en nuestros deseos.
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